domingo, 25 de noviembre de 2012

Capítulo 3

El joven tropezo al bajar del movil, cerró la puerta nerviosamente y se fue pidiendo disculpas, para Roberto esto no era nada nuevo, veía estas escenas a diario, eran parte de su rutina. Siguió conduciendo por la metropolis anegada de multitudes en continuo choque y desvarío, se dirigía a la zona oeste, donde se hallaban los peces gordos, doblo a la izquierda y sus reflejos lo llevaron a derrapar.. una limusine roja atravezó la calle en reversa a toda velocidad, tenía varios agujeros de bala en su frente y una pandilla de encapuchados corría detras del automovil, no llegó a comprender que sucedía, pero sus ojos se detuvieron en la pequeña niña que estaba en medio de la calle inmovil, como congelada...

martes, 20 de noviembre de 2012

Capítulo 2


   Después de que logró acomodar el departamento, bañarse, ordenar su cabeza y limpiar la caja de la gata,  salió apuradísima a entregar el trabajo. Al final lo había terminado a los apurones, y copiado de Internet. Nadie se iba a dar cuenta.
   Estaba por llegar a la facultad, cuando se tropezó con una raíz de un plátano muy viejo, muy viejo. Quiso levantarse y no pudo. “Una fractura” pensó. Porque nosotros, los humanos, somos demasiado exagerados o muy extremistas. A lo mejor somos demasiado realistas, a ninguno de nosotros se nos hubiera ocurrido pensar que la raíz de envolvió en su tobillo. Pero así fue. Su reacción al ver su pie envuelto en la base del gran árbol fue gritar, como un chancho que no tiene su barro para revolcarse un día de calor. (Querido lector, quédese tranquilo que no va a ser como la historia de Alicia, esto no es una copia barata de un autor reconocido)
   Mientras ella se revolcaba para huir de su destino, en la otra punta de la ciudad Valentín se caía de un taxi.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Capitulo 1:2 Dentro del sueño:

Abrió los ojos de golpe, miró hacia su derecha, la canilla goteaba.. tomó el reloj digital de su mesa de luz con sus vivos números rojos: 5:01 a.m. … se hundió en las frazadas e intento concentrarse para recordar su sueño, solo consiguió imágenes borrosas y algunas sensaciones extrañas... cedió al comienzo del día, el amanecer asomaba por la ventana del departamento, un gran edificio en medio del centro, cada vez que pensaba en esa expresión, “medio del centro”, reía, le parecía una ironía no poder decir simplemente “ en el centro”, y es que claro.. el centro no era el centro y por eso su “en medio” no era medio, sino solo el “medio” para los que estaban en “lo alto” de la sociedad... era triste pensar el esqueleto de cemento y metal como lo que era... una jaula...
La gota golpeaba el agua acumulada en una copa, volvió a mirar a su derecha, la gota no caía, estaba suspendida, pero el sonido continuaba.. no podía ser, ella sabía que no podía ser, cerró los ojos intentando comprender, tenía que levantarse pero le pesaba el cuerpo...

Y Despertó.

Abrió los ojos confundida, sentía las piernas dormidas... su vieja gata gris, claramente excedida de peso la había usado de cucha aprovechando su extraña posición entre la mesa y la silla de la cocina. Cuando comenzó a comprender, con ayuda de la claridad del día su situación espacio-temporal (debían ser las 9:00 a.m.) notó que se había volcado la yerba húmeda sobre las pocas hojas que había podido escribir..
- No puedo creer... -dijo a la vez que se estiraba e intentaba incorporarse ante la total parsimonia de la enorme gata ronrroneante..

lunes, 12 de noviembre de 2012

Capítulo I


Otra vez con la luz en contra. La lapicera tenía las mismas ganas que ella de escribir. Casi nula. Se había dormido en hacer el trabajo toda la semana. Ya eran las doce. No había mate que aguantara.  Biología de primer año le quedaba, por vaga. Solo tenía que preparar una monografía acerca de un árbol de madera blanda. Las consignas eran claras, sus ojos no tanto.
A punto de cerrar las pestañas, todo su cuerpo se volcó sobre la mesa. Y soñó. Puede ser que haya soñado solamente porque no existe un verbo que sea acción de pesadilla. La causa de que no exista es porque las “pesadillas” son también sueños, son deseos. Solo que el consciente los coacciona para transformar. No nos gusta vernos. Es difícil caer en el abismo de mirarnos.  Pesadillar. Yo pesadillo, tu pesadillas, él pesadilla… ¿Y nosotros?
En el telón de su sueño una voz en off abre la obra:
-Las raíces antes fueron hojas
-¿Quién?- pregunta una luz desde abajo de las gradas
-No hay que olvidar las raíces

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Orden simultaneo de estrellas

Podría llegar al fondo de la materia gris, pero volvería a reprobar. "cerebros imparciales, lúcidos..." eso necesitábamos, y no todo ese atado de inútiles desmoralizados que deambulan por las calles frenéticos, ansiosos y grises, de ese tipo de seres cuasi inanimados, imágenes fantasmagóricas, no te confundas, no hablo de los perdedores, esos se ahogan en su propio devenir, hablo de los otros, esos que creen ser más que lo que les corresponde, ¿como sabes eso? Podrías preguntar.Lograría dejar de hablar en continuo y aflojar a la masa que hoy me mantiene de pie... Lo se por que cuando uno quita a los otros necesariamente se desprende de toda legitimidad de posesión, se vuelve indigno, esta clase que abunda y asoma como un desparpajo... Tal vez las cosas que buscamos las escondemos atrás de lo que escuchamos. Rítmico y ciclo-típico cayendo, de vez en cuando. Ininterrumpiendo para que llueva de nuevo y parece casi una canción. Acerca de la lucidez, cerca de la alucidez, opacando la acidez. ¿Cuánto tardaré en volver a donde se supone que pisan mis pies? Remarco el reloj, me levanto y sonrisas que valen la pena. retomando, ¿y para que necesitamos esta clase altiva de hombres? Simple.. para abandonar el letargo de las circunvoluciones diarias, para despertar al mundo de una sacudida, para que se desarme la estructura que nos mantiene entre rejas de normalidad, de ausencia de vida, de mortaja top.
...Mucho color, mucha luz, mucho té de jengibre... Tan omnipotente, casi incoloro. Casi perfectos, en la línea irreversible donde la lógica se sostiene de una flor. Explosiones violetosas y azulinas que llenan y vacían. Oraciones desconectadas para ver que somos más que la suma de las partes.